Mi carrera laboral inició en el 2008. Desde entonces hasta la fecha he pasado por diversas empresas y he contado con diversas experiencias en mi campo laboral interpretando diferentes roles. Habiendo trabajado en Colombia y Argentina también obtuve una visión distinta de las culturas y dinámicas de trabajo tanto en equipo o como autónomo.

 

Creo que para empezar, un poco de contexto vendría bien, como para hacerse una idea de por dónde viene la mano, éstas son algunas de las empresas para las cuales he trabajado o he tenido contacto a través de diferentes proyectos en los últimos seis años:

Informática & Tecnología (CO), Banco Av Villas (CO), Cámara de Comercio Casanare (CO), Comdema (CO), CoopCafam (CO), Fundación Cardio Infantil (CO), Fundonal (CO), Pragma Consultores (ARG), Grupo Clarín (ARG), Hipervínculos (ARG), Grupo MOST (ARG), Ministerio de la Protección Social (CO), Telmex (CO), Tigo (CO), IBM (ARG), PagoFacil / Western Union (ARG)…

Los perfiles que me he encontrado en el camino

Tal vez algunas las conozcan y otras no, algunas del ámbito privado y otras estatales (públicas), algunas con foco similar, otras totalmente opuestas, pero todas con necesidades tecnológicas de por medio y el común denominador de “los perfiles” que laburan en cada una de ellas.

En empresa grande o chica, privada o pública, con muchos o pocos empleados me he encontrado con:

El Trabajador

El trabajador: Pasión por el trabajo, mucha… pasión por el trabajo

El nuevo: Que quiere cambiarlo todo sin conocer el background (trasfondo) de la situación actual “todo está mal, hay que cambiarlo”.

El ocioso: Es más fácil vencer la ley de la gravedad que ver a éste personaje trabajar “usualmente termina siendo jefe apoyándose en los demás”

El trabajador: Temprano siempre, dedicado, entregado, cumple con lo que le piden “no sabe decir no”

El proactivo: Abarca mucho pero no aprieta, comienza 1.000 temas pero no cierra ninguna “emocionado con cada nueva idea, salta de rama en rama”

El charlatán: Todo el día habla de propuestas o trabajo, no quiere hacer nada pero habla de todo y de todos “también le hace carrera al ocioso con lo de ser jefe”

El lobo viejo: Cansado, lleva 5 años o más en el laburo y no tiene ganas ni de iniciativas, ni de ideas, acepta su trabajo y lo hace sin meterse en nada más “si hablamos de términos económicos lo veremos moverse como un dínamo”

El hijo de tuta: Se preocupa únicamente por los temas que le atañen, todo lo demás le importa poco “puedes estar ardiendo en llamas y el se sentará a disfrutar del fuego y asar un malvavisco”

El líder: No necesitan nombrarlo, simplemente lo es, carismático, amigable, con buenos conocimientos y siempre tirando del carro “suele cansarse si la empresa no le da pelota”.

El jefe copado: Una persona que te ayuda en el laburo, a veces te enseña cosas, tiene mucho de lider pero cuando tiene que ser rudo lo es. “Siempre hay buena relación con éste tipo de jefe”

El jefe de tuta: Por no decir más, le encanta la disciplina con látigo, su lema es “si los ves sufrir y ocupados, entonces la empresa está bien”

 

Y es que tanto en Bogotá, Bucaramanga y Capital Federal la cosa es la misma. Son seres humanos con las mismas características, frente a ésto no hay muchas novedades.

Diferencias cruciales

La dinámica de trabajo se genera a partir de los perfiles de los empleados y sus diferentes habilidades.

Tenemos que pensar, que podemos tener una persona de perfil “ocioso” pero que en habilidad técnica o conocimientos es superior a uno “proactivo” que nunca termina de aprender nada de lo que comienza.

Ocioso en el trabajo

El ocioso: Se rasca a cuatro manos.


Dicen que una manzana podrida daña al grupo, es probable. Pero en éste caso, el tamaño de la manzana que se pudre es al que tenemos que prestarle atención. No tiene el mismo impacto un “mal nuevo” que un “mal líder”.

Ahora bien, habiendo trabajando en dos lugares completamente distintos, viendo diferentes mezclas entre habilidades y perfiles, para mí está claro que veo a Colombia un paso atrás de Argentina en el desarrollo laboral.

Y es que el Colombiano se queja constantemente de todo, no significa que el Argentino no se queje, al contrario, es probable que se queje más todavía pero la diferencia clave es en el “después de la queja”.

El perfil de mis compatriotas es “Queja y a dormir”, mientras que el Argentino lo veo como “Queja, domir, queja, dormir, queja… bueno me cansé, vamos a hacer algo”.

Es decir, que he podido notar cómo el Argentino, pese a quejarse de sus problemáticas locales, tiende a involucrarse, informarse y tratar de realizar aunque sea mínimamente un cambio, mientras que el Colombiano, continua esperando la solución de un tercero.

Aunque mi ejemplo sea un poco agrio por tener ésta visión siendo mi patria la tricolor, muchos lectores se lo tomarían con el “Si no le gusta váyase” pero en realidad yo quiero proyectar un “ésto es una oportunidad de cambio” y comprenderán, que la mentalidad de “no aceptar una crítica constructiva y accionar a partir de ahí, es lo que no permite que mejoremos en éste ámbito”

Proyectando éste minimo ejemplo a la problemática laboral, los resultados son exactamente los mismos, mientras unos van a paso de Caracol, otros vamos a paso de Tortuga, que si bien no será mucho, poco a poco gana ventaja.

El respeto es otra de las características que nos diferencia, percibí una agresión laboral más alta entre mis compañeros Colombianos que entre los compañeros Argentinos.

Todos sabemos que hay diferencias, sobre todo con los perfiles “hijos de tuta”, pero la forma del trato la percibí muy distinta tanto en Colombia como en Argentina.

En Colombia encontré mucha hipocresía, y de nuevo, no es que los Argentinos no sean hipócritas, también lo son, pero en algún momento revientan y se cantan sus verdades, para luego continuar construyendo, el Colombiano se odia a muerte y no hay posibilidad de mejorar la cooperación luego de establecido un conflicto en la frontera laboral / personal.

A nivel salarial, obtuve mejores resultados en Argentina, pero con la inflación actual, no sé que tanta ventaja se puede obtener de ésto.

Una gran ventaja a diferencia de Colombia, es que se aporta al sistema de pensiones que maneja el estado, por lo cual, después de cierta cantidad de años de aportes la jubilación es completamente segura.

Tal vez la última y la más relevante de todas, al menos en mi caso, es que en Argentina tienden a darle un poco más de importancia a los candidatos con buena actitud y predisposición que a aquellos que exhiben solamente títulos, mientras en Colombia se juzga mucho el libro por la portada (el título).

Cómo buscar trabajo

Tal vez a algunos les interese leer: Cómo conseguir trabajo en Argentina.

Ningún trabajo es deshonrra. Limpié baños, ayudé en campañas de la alcaldía o en entregas de regalos, hice de técnico de pc a domicilio, vendí juegos piratas y trabajé por pocos pesos en algunas de las empresas mencionadas.

Poco a poco, con el pasar de los años, me fui encontrando con lo que se llama “experiencia laboral”.

Ésa experiencia me ha ido enseñando poco a poco, que existe una gran diferencia entre lo que se plantea antes de iniciar un trabajo y lo que se hace después de estar contratado.

Para muchos, no existe la posibilidad de dejar un trabajo que no nos gusta, simplemente hay que hacerlo.

Pero antes de aceptar cualquier oferta laboral, tal vez un poco de mi experiencia les sirva.

Soy absolutamente partidario de buscar el equilbrio económico / ambiente laboral (cuando hay que trabajar por plata no hay de otra, pero si pueden elegir, busquen el equilibrio).

Odio los trabajos donde no se puede crecer, antes de elegir un lugar donde trabajar y una actividad hago el check-list mental:

  • Posibilidades de crecimiento laboral (¿aprenderé cosas nuevas?)
  • Si aprendo cosas nuevas, ¿Se pueden aplicar en otras partes? ¿Qué tal en otro país?
  • Salario, ¿me pagan bien por lo que hago? ¿trabajo demasiado? ¿afecta mi vida personal la carga laboral?
  • ¿Está cerca o lejos mi lugar de trabajo? ¿tengo que moverme demasiado? ¿pierdo tiempo viajando?
  • ¿Es un trabajo de paso o un lugar estable dónde desarrollarme profesionalmente?
  • Los compañeros de laburo son una lotería, a ver qué sale.

El punto dos es sumamente importante. Hay trabajos y “trabajos”

Hay "los trabajos" y "Los trabajos!"

Hay “los trabajos” y “Los trabajos!”

Y es que no es lo mismo trabajar y obtener experiencia que, trabajar y obtener experiencia para volver a conseguir trabajo.

Supongan que trabajan para una empresa que fabrica lentes de sol para perros de dos patas, ganan bien, tienen una carga de trabajo aceptable, etc…

Cuando salen de trabajar de ahí, supongamos 3 o 4 años después por algún motivo, se encontrarán que todas las demás empresas hacen lentes de sol, para personas o para perros de cuatro patas y su experiencia con perros de dos patas, no les va a servir de nada.

A nivel de soporte es igual, yo no puedo trabajar en una empresa con el programa “Software Contable Pepito” cuando en el resto del mundo están usando “SAP” o alguna tecnología ampliamente adoptada.

El laburo ideal es aquel, donde vivimos cómodamente con el salario, hay buen clima laboral y se puede aprender algo nuevo o hay oportunidades para ello, aunque no lo crean ése tipo de trabajos existen y a veces se nos pasan buenas oportunidades por querer más dinero del que necesitamos.

En el mundo real

Trabajar en Argentina

Espero que no los asusten tanto mis ideas revolucionarias. :p

Seguramente ustedes se pregunten, bueno después de tanto texto “Cuál es el perfil al que le va mejor laboralmente” y la realidad es que si bien las empresas quieren un “trabajador” al cual pagarle como un “nuevo” y que sea “proactivo” en el día a día creo que todos necesitamos un poco de cada perfil.

Seamos realistas, nadie es perfecto, yo he sido todos los perfiles o casi todos en algún momento y ahora busco el equilibro entre todos ellos.

Me miro al espejo todos los días y estoy consciente de lo que hago bien y lo que no, está claro que trabajo en mejorar las cosas negativas, pero el mundo real no tiene reglas, hay que ser flexible, hay que tener un poco de “hijo de tuta”, más de “trabajador” , a veces de “líder” y otras veces hacerse el “nuevo”.

Lo mejor ante cualquier tipo de trabajo, sea el que queremos o no, es tener una sonrisa, no importa cómo venga el día, amargarse solamente nos va a hundir más y a veces, sonreír y estar bien (o demostrar estarlo) suele ser una técnica eficaz para ser relevante en el trabajo.

Para crecer no siempre hay que decir “sí”, también se debe saber decir “no”. No hay que darlo absolutamente todo ni tampoco hacer absolutamente nada, ya que si bien podemos alinearnos con los objetivos de cualquier compañía, nuestros intereses serán siempre personales así como los de la compañía son puramente comerciales.

Para aquellos que quieran saberlo, sí, vale la pena trabajar en otro país y nutrirse de toda una nueva experiencia, aunque no tengo el laburo perfecto, creo que vale la pena todavía continuar trabajando en Argentina.