No está demás brindarles una experiencia sobre algunos temas aparentemente insignificantes, qué si no se tramitan a tiempo, pueden volverse un dolor de cabeza.

En mis primeros meses de haber llegado a la Argentina la ignorancia me jugó una mala pasada. Un día salí al boliche con algunos chicos de la pensión donde vivía. Era un plan sencillo y sin tantas pretensiones: pasar un buen rato. A dos cuadras de nuestra casa se nos acercó una patrulla policial y nos pidió los documentos. Hasta el momento no había nada raro en el procedimiento, sin embargo percibí el nerviosismo de uno de los chicos. No sabía por qué, pensé que quizás lo intimidaba todo el asunto policial, hasta que uno de los policías dijo:

—¿Ustedes saben que no se puede consumir alcohol en la vía pública?

—No lo sabía oficial —le respondí con toda sinceridad. El resto no dijo nada.

—Bueno, eso no te exime de culpabilidad —me respondió—. Luego añadió: les llegará un telegrama con el monto de la multa que deberán cancelar en la municipalidad —en este punto se me desapareció la calma.

—¿Cuánto será el valor de la multa? —le pregunté ahora un poco más preocupado.

—Eso lo arreglan en el tribunal de faltas —me respondió el policía que anotaba nuestros datos con gran indiferencia.

Intentamos explicarles que vivíamos a dos cuadras y que estábamos por terminar el vaso de cerveza, pero nada de esto nos hizo escapar de la multa. Algunos de los chicos se alteraron y por un momento la situación se tensionó. Finalmente, todos se calmaron y ellos continuaron con el procedimiento.

Una vez que tenían todos nuestros datos, nos hicieron tirar toda la cerveza en la vereda —por lo menos solo era medio vaso de cerveza.

Tengo que aclarar que estaba con amigos argentinos, obviamente estaban al tanto de la infracción, pero como dicen por ahí: no te pasa hasta que te pasa.

Al cabo de unas semanas nos llega a todos este documento:

 

Notificación pago voluntario

Notificación pago voluntario

 

Pensé que simplemente tenía que pagar en un rapipago y ya estaba. Pero no, no era así nomás. Tuve que dirigirme al tribunal de faltas como bien dijo el policía. Allá hice un descargo en el juzgado donde tramitan las causas menores. El descargo es simplemente una formalidad, porque no me pude escapar de la multa por más que tuviera pruebas —en caso de que hubiese tenido como probar mi inocencia de lo que se me acusaba—. En el tribunal me dirigí al juzgado 1, allí la secretaria me indicó dónde y cómo pagar la multa. Posteriormente me emitió un descuento con plazo limitado por pago anticipado:

 

Descuento por abono anticipado

Descuento por abono anticipado

Es importante cancelar la infracción antes del tiempo de vencimiento para recibir un descuento. Mi descuido y la confianza de los otros nos salió $100 pesos de la fecha, hoy en día serían unos $400 pesos aprox.

Por cierto, la ley que prohíbe el consumo de alcohol en la vía pública es la 24.788, la cual establece de forma general:

Prohíbase en todo el territorio nacional, el expendio a menores de dieciocho años, de todo tipo de bebidas alcohólicas. Créase el Programa Nacional de Prevención y Lucha contra el Consumo Excesivo de Alcohol.

De forma específica se refiere al consumo en la vía pública en el artículo 4:

La prohibición regirá cualquiera sea la naturaleza de las bocas de expendio, ya sea que se dediquen en forma total o parcial a la comercialización de bebidas. Queda prohibido el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública y en el interior de los estadios u otros sitios, cuando se realicen en forma masiva actividades deportivas, educativas, culturales y/o artísticas, excepto en los lugares y horarios expresamente habilitados por la autoridad competente.

Sancionada: Marzo 5 de 1997.

Promulgada de Hecho: Marzo 31 de 1997.

Moraleja: beba todo el alcohol, pero en casa o en lugares autorizados, y si lo hace en la vía pública, piense en el costo y lo engorroso de los trámites si lo llegan a multar, o simplemente cruce los dedos.