Ayer fui a un lugar llamado Galería Jardín, en el Microcentro Porteño.
Fui por unos insumos de oficina y quede muy ofendido por éste tema tan recurrente en la Argentina “Las especulaciones y los precios elevados” y fui testigo de primera línea de lo que les voy a contar a continuación.
Me encontraba por Mercado Libre buscando un adaptador para un monitor , es un contector muy común que no pasa de los $15 Ars.
Al ver el precio y ser lo más cercano que tenía me dispuse a ir a comprar 15 unidades con unos $250 ARS me alcanzaba y hasta sobraba.
Cuando los pedí y me los estaban mostrando, le pregunté al dependiente en cuánto estaba cada unidad, sorprendentemente me contesta que están a $30 ARS cada uno “el doble”…
Yo no dije nada, al final igual los necesitaba así que le dije “está bien”, además precisaba factura A para la empresa. Solo le quedaban 6 así que los demás tuve que ir a buscarlos a otro lugar.
Me sentí muy indignado mientras caminaba en busca de los restantes porque ya me quedaba sin el presupuesto que había hecho y me molestaba la idea de tener que regresar a comprar lo que hiciera falta después.
Cuando no terminaba de salir de mi sorpresa, me encuentro con otro local en donde el precio no eran $30 sino $40 pesos…
Compré 1 porque no me alcanzaba para más y al final no terminé ni con la mitad de lo que necesitaba, se fueron casi $250 mangos en un instante.
Más rabia me da, que es pura pantalla, porque algunos de los mismos locales te venden el producto por mercado libre a precio más reducido pero en el local físico te lo venden a un precio exorbitante.
Yo me pregunto porqué está pasando esto, pasa con el Alquiler, con la comida, con ésto y lo otro, parece que cada vez te quieren sacar más plata por menos, pareciera que vivimos en la era donde “Todo cuesta más”.
Increíblemente del otro lado del espejo yo pienso muy diferente, presto mis servicios de Informática a empresas o particulares a determinado precio, pero es el precio justo a mi modo de ver. Lo malo es que cobro la mitad de lo que cobra cualquier otra persona en el área y la gente desconfia y muchas veces no llaman, le comenté de mis precios a un compañero y me sugirió que yo podía pedir incluso un 150% más de lo que estaba cobrando.
No se me hizo extraño que, al aumentar el precio de mis servicios comenzó a aparecer más trabajo.
Desde cuando lo “justo” se convirtió en “algo de calidad dudosa”, pareciera que la gente se deja llevar por el precio de las cosas.
Incluso vi un documental en televisión donde pintaron dos cuadros prácticamente iguales, cada uno lo pusieron el lugares distintos de la ciudad pero con diferente precio. La gente solo se detenía a mirar al que le habían colocado un precio exorbitante, mientras que el otro, más económico nadie quería verlo, la gente pasaba de largo.
¿Será que nuestra propia mentalidad es la que hace que todo esté más costoso? ¿Será que los que prestan servicios están ambiciosos de dinero? ¿Será culpa del estado?
La verdad no tengo idea, pero mientras les escribo esos precios siguen su camino hacia la cima, una cima de la cual no logro divisar la cumbre.
