Tal vez sea un poco crudo decir ésto, sin embargo, con los sucesos recientes cayó la gota que rebasó el vaso.  La estigmatización de nuestra nacionalidad crece constantemente y desde mi perspectiva, hemos llegado a nuestro peor momento.

Sinceramente, no por odiar a mi nación sino por los hechos recientes, me avergüenza que se escuche mi acento en las calles de Buenos Aires, en el subte, el colectivo o cualquier otro lugar público.

Y es que el tema de los doce turistas Colombianos detenidos en Ezeiza y uno que se fugó (que posteriormente fue atrapado y enviado de regreso a Colombia) fue la noticia que colmó mi paciencia y derrumbó mi orgullo patriótico.

La implementación reciente de los supuestamente “nuevos” controles migratorios no es tan nueva como nos quieren hacer creer. Podrán observar en éste video, que algunos de aquellos “nuevos controles” los menciono ya desde hace dos años en mi web y puntualmente en éste video de youtube. Solo parece que Migraciones está “blanqueando” lo que venían haciendo y tal vez, ahora hacen con más rigor.

¿Cómo hace para sentirse uno orgulloso, cuando sus compatriotas delinquen y dejan por el piso nuestra imagen en un país que nos abrió las puertas?

He visto Colombianos robando a otros Colombianos en Buenos Aires, Colombianos pidiendo dinero en el subte, Colombianos irrespetando la ley “haciéndose los vivos” y también he visto a muchos otros que vienen a estudiar, laburar y son gente de bien, pero ya no sé en quien confiar.

Pareciera que la cocaína, el narcotráfico, la delincuencia y por último la buena onda y predisposición para el laburo son las cartas de presentación en cualquier conversación con un Argentino por primera vez, todos han escuchado de lo malo primero y de lo bueno por último.

Imagínense, lo que se siente haber estado laburando, estudiando y viviendo aquí en Argentina desde el 2009, llevando adelante éste proyecto, ayudando a miles de extranjeros entre ellos cientos de Colombianos a cumplir sus sueños de Turismo, Trabajo, Estudio o Vida en Argentina y que, algunos hijos de puta, arruinen las cosas buenas que nos ofrecen, nos hagan sentir incómodos de decir “soy Colombiano, pero de los buenos”, como si el Argentino del común tuviera un radar para identificar quién es de fiar y quien no.

Lo único que logra todo esto es que tengamos que agachar la cabeza, mirar al suelo y esperar que comprendan que, aquellos que estamos con buen propósito, con una situación legal definida, pagando impuestos, promoviendo el turismo, haciendo aportes al ANSES, dejando propina, respetando las leyes, involucrándonos con la cultura Argentina, seamos respetados y no estigmatizados por culpa de terceros.

Veo con tristeza como muchos compatriotas, estando en Argentina y no siendo delincuentes, optan por no estar en una situación legal, prefieren pagar una multa o “hacerse los de la vista gorda” con los trámites para ahorrarse unos pesos, tiempo o porque no les viene en gana hacer las cosas al derecho.

Y sinceramente, me gustaría saber, ¿Qué pasó por la cabeza del que se fugó de Ezeiza?, ¡prepotencia de estar con la documentación al día? o tal vez otro delincuente más.

Espero que todo ésto sea para bien y no duela tanto, porque ya es incómoda ésta situación de ser Colombiano en Argentina, bandas de delincuentes de nuestra nacionalidad arrestados por todas partes, turistas falsos, narcotraficantes, si bien apenas el 6% de las cárceles están llenas de extranjeros y el 94% son Argentinos, créanme que ése 6% le jode la vida a todos los demás.

Una pena, una pena, ojalá los Colombianos de bien sigan laburando por la buena imagen como trataré de hacerlo a pesar de que sea tan silenciosamente.