Cuando llegué a argentina en el 2008 y tomé el primer mate amargo lo vi como algo diferente pero no de otro mundo.
Sin embargo, con el tiempo fui adentrándome en la cultura argentina, especialmente en el mundo laboral y sus extrañas costumbres.
1) Llevando (facturas) el primer día
Recuerdo que conseguí empleo a los 3 meses de estar en buenos aires en una compañía de tecnología. Para mi sorpresa me dijeron que la persona que ingresaba debía llevar “facturas” el primer día.
Lo primero fue indagar sobre las dichosas facturas, que no son más que piezas de panadería (dulces o saladas) y luego pensar en lo extraño que era ser “el nuevo y tener que llevar algo”. Al principio pensé que era una broma por ser nuevo en el trabajo o por ser extranjero recién llegado… con el paso del tiempo descubrí que no era así. Le pregunté a varias personas sobre el origen de esta rara costumbre pero nadie me pudo dar una respuesta, simplemente “es así”.
Fui cambiando de trabajo en varias ocasiones y durante los últimos 9 años aquí habré cambiado unas 7 veces de empleo, en todas ellas se repitió la costumbre de “llevar algo el primer día”. Eso sí, en algunos trabajos hay compañeros más exigentes que otros o con “variaciones” de la costumbre, algunos llevaban sanduchitos de miga, empanadas o las clásicas facturas de manteca y de grasa.
2) Llevando (facturas / torta) el día del cumpleaños
De donde vengo el homenajeado no gasta un centavo el día de su cumpleaños, más bien sus familiares y amigos invierten en la fiesta, el pastel, los regalos y demás.
Sin embargo en argentina en el ámbito laboral el día de cumpleaños, quien los cumple, deberá llevar una torta (pastel) o facturas para sus compañeros ¿extraño no? el homenajeado debe compartir.
Los argentinos agradecerán enormemente que las facturas o las tortas tengan un alto contenido de “dulce de leche”, nunca ví gente más feliz que un argentino consumiendo productos que tienen dulce de leche, es como si fuera una droga para ellos.
La relación del argentino con el dulce de leche es bastante obsesiva, encontrarán diferentes variedades de tortas y al menos el 70% de las mismas tienen dulce de leche.
En todo caso, en algunos trabajos (no todos) los compañeros se reúnen y le dan un regalo al homenajeado. (Esto le agrega un poco de cordura a todo el asunto).
3) Adivina … si te vas de vacaciones… (tenés que traer algo)
Después de trabajar cinco años en la misma compañía también aprendí rápidamente que la persona que se va de vacaciones (sea al interior o al exterior) debe volver con algo del lugar al que fue y compartirlo con todos.
Siempre hay un lugar en toda oficina, una mesita, un puesto vacío o una cocina pequeña donde se dejan las cosas para compartir con todos.
Casi en su totalidad, compañeros, jefes y directivos trajeron algo de sus vacaciones. Pueden ser dulces, chocolates, alfajores, quesos, chorizos u otros productos comestibles.
Como un extraño ritual los argentinos se reunen con apetito alrededor de la mesa, bien sea para comer algo o armar una picada mientras hablan con el viajero sobre su experiencia. Utilizan este espacio para desconectarse del trabajo, conocerse mejor y compartir un rato agradable mientras se llenan la panza.
4) La mateada
Así como el argentino disfruta del dulce de leche, también suele ser fanático del mate, una bebida con múltiples preparaciones.
Lo he tomado de distintas yerbas (marcas) con chorros de limón, hojas de coca, yuyos, con jugo tang (tereré), amargo, dulce, con cáscara de naranja o limón y el más horrendo de todos (con edulcorante, malditos y más malditos aquellos que le tiran edulcorante al termo… lo siento, tenía que sacármelo…)
El mate es parte escencial de las mañanas argentinas en el comienzo de la jornada laboral, siempre hay el que propone y se anima a armarlo y el que propone para ver quién se anima a armarlo. Casi todas las mañanas alguno comienza el ritual del mate, sacándole el polvillo a la yerba con la palma de la mano húmeda o con algún pequeño colador de cocina y estableciendo el orden de la ronda entre los presentes.
Durante la mateada pueden pasar dos cosas:
- La inician mientras hablan de fútbol, política, economía o boludeces y extienden la mañana hasta (digamos las 10:30 sin trabajar)
- La inician mientras laburan como negros porque hay mucho para hacer y cada uno va chupando su mate.
El cebador (quien sirve el mate) usualmente deja trinar su ira con los que van demasiado lento o los que van demasiado rápido, el tiempo promedio para tomarse el mate parece oscilar entre un minuto o minuto y medio, menos que eso o más que eso le puede producir hinchazón de las partes nobles.
La mateada es algo de la cultura argentina que es sumamente extraño, es un vínculo para compartir y no hay distinción de roles pues todos toman de la misma bombilla, sea el jefe o los empleados.
Después de tanto tiempo ya hacen parte de mi rutina, pero apuesto a que no soy el único que lo ve como unas costumbres realmente muy particulares de los argentinos.
Olvidaste para sumarle a las costumbres 1 a 3: si compras auto o casa, adivina: hay que llevar facturas también. Y estoy seguro de que, si saco la ciudadanía, me las van a pedir jajaja
¡Jaja esa no me la sabía!
Muy interesante… :p cualquier excusa es buena para comprar facturas.